Museo Mundial de la Historia Viviente de la Humanidad


museo-2010

 

Las doctrinas y las Ideologías tienen sus propias épocas porque son el producto de ciertas personas o de estados mentales. Ninguna, cualquiera que sea, puede sin embargo convertirse en panacea perpetua o absolutos biogenético y espiritual porque están concebidas de manera convencional y sujetas a con­diciones temporales. El Ideal de la Regla de Oro, sin embargo, no es ni una ideología ni una doctrina sino, más bien, una Ley natural y Espiritual y por ello es más estable y verdaderamente indestructible.

Los Museoscontienen, a menudo, objetos fútiles de simple valor sentimental, o de dudosa antigüedad y de procedencia incierta. Nos libramos de todas las formas secundarias de datos históricos, y adoptamos únicamente evidencias de calidad.

El escepticismo práctico es siempre una actitud más digna de confianza que las ideas ya hechas o los conceptos y creencias tiránicamente estandarizados. Tenemos que aprender a pensar espontáneamente, libremente y de manera dignificante para no convertirnos en instrumentos de armas de fuerzas secretas que no se preocupan en encarar la realidad histórica ni resolver los problemas del momento. Nos sometemos al determinismo histórico fatídico cuando tomamos como un hecho cualquier suerte de noción o reivindicación, o cuando nos estratificamos en abstracciones tradicionales o legendarias con la misma suerte que lo hacemos cuando nos adherimos a designios negativos y pesimistas. El fatalismo surge y prevalece cuando rehusamos afrontar la realidad y adoptar una decisión dinámica y progresiva para una auto-iluminación y lograr mejoramientos agradables en el curso de la vida. No debemos dejar que nuestros intereses en la vida se estanquen ni tampoco que se desboquen fuera de control. ¿Por qué habríamos de asustarnos ante los mejoramientos, o temer el progreso si permanecemos leales a nuestras convicciones estables y jamás nos negamos a la verdad Espiritual vital?

Las personas y las naciones que tienen las mejores bibliotecas y los mayores museos no son ni las mejor educadas ni las más cultivadas. La condición humana depende mucho más de ciertos elementos que rebasan las funciones de la educación y de la cultura, ya que se sabe que cualidades, facultades, méritos y virtudes mayores de la naturaleza humana han prevalecido en personas que eran completamente analfabetas y muchos individuos sometidos, tiranizados y brutalmente desterrados así como grupos y naciones han demostrado, más de una vez, que las más altas formas de cultura como la realización mística, los poderes parasicológicos, el arte genial y la civilización pueden y, de hecho, prosperan en las condiciones más adversas y a menudo sin el más mínimo elemento prometedor de educación. Por cierto, aún hoy día, vemos gentes con tremendas bibliotecas y fantásticos museos que de ninguna manera demuestran ser fructíferos, aparte de ser puramente decorativos o simbólicos.

El MUSEO MUNDIAL, en su condición única, difiere grandemente de los otros tipos de “Museos”, inclusive de los muy renombrados recién llegados Museos de la Ciencia y de la Industria, porque está interesado solamente en la naturaleza, las capacidades, los designios, las proyecciones y las conquistas del Hombre. Y para demostrar la importancia de lo que entendemos, sólo hemos de referirnos al aforismo de San Agustín: “Justo en el hombre mora toda la verdad”, porque después de haber visitado todos los Museos existentes y de haber asistido a todas las Universidades existentes, pronto las personas se concentrarán en el MUSEO MUNDIAL DE LA HISTORIA VIVIENTE DE LA HUMANIDAD, porque es el único que existe en este género … y trata de la naturaleza, de las cualidad, de las capacidades, de las grandezas, de los logros y proyecciones del ser humano. No colecciona cosas, sino conceptos, realizaciones, ideales, portentos, designios y todo lo que forma la condición humana, la identidad íntima, la seidad, el poder genial, los méritos, los designios amados y la nobleza. Lo que importa realmente en el Museo Mundial de la Historia Viviente de la Humanidad no es lo que tenemos para exhibir con el propósito de asombrar a la gente, riqueza y maravillas que inspiran las pasiones y encienden la imaginación e invitan a la conquista, sino, más bien, las condiciones de la naturaleza humana que descubre o crea, promueve o revela designios de excelencia y las grandezas del mayor logro.

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Pr. OM Lind-Schernrezig Foundation
WORLD TRAVELLING MUSEUM.
M Peurozet
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SPAIN
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