LA VIDA ES UNA MISIÓN


la vida es una mision

Capítulo tomado del libro: “La Esencia de la Ciencia Espiritual”. Anatomía y etiología de la condiciones del mundo moderno. 1946. Original en inglés.

Autor: Kut Humi Lal Singh – Kwang Hsih

La vida recta no radica en adherirse a una Iglesia, a una Sociedad, o incluso a la SANGHA. Las personas labran su propio devenir, y no importa a cual Señor dedican su culto o donde pueden buscar refugio; si no son sinceros no cambiarán su naturaleza o ni siquiera estarán preparados para las experiencias decisivas de la Vida. 

            La Vida religiosa - Vida que se justifica a sí misma en el ESFUERZO serio, el ANHELO sincero, la constante lucha es por la auto-superación o MEJORAMIENTO, el decisivo PROPÓSITO PARA TRIUNFAR en nuestros mejores objetivos. Sólo así cumpliremos el motivo de la Vida y lograremos la Última Meta de la Vida.

            No importa cuán difícil pueda resultar para nosotros la fuente primigenia de la Vida, o su fin Último. Lo importante en la Vida radica en nuestra habilidad para convertirla en una fuente de felicidad y un medio de auto-mejoramiento, a través de la vigilancia persistente del Corazón y la alerta de la Mente.

            Esto puede lograrse cuando desarrollamos un carácter fuerte y preferimos constituirnos en una personalidad saludable, vigorosa y noble, no rindiéndose a las ilusiones mundanas, cadenas y venenos. 

            Una vida limpia y humilde vale miles de veces más que las fantasías y engaños de la vida sensual.

            La debilidad moral es nuestro peor enemigo. No sólo nos rebaja sino que también encadena nuestra Mente a las condiciones mundanas. Cada vez que declinamos en nuestras mejores intenciones, fracasando en mantener nuestra integridad Moral, nos debilitamos a nosotros mismos. Cuando nos rendimos a los impulsos sensuales o instintos groseros simplemente resignamos todos los derechos y poderes Espirituales.

            El DHAMMA nos da claramente el Sendero Dorado del auto-mejoramiento y la auto-iluminación, y si nos empeñamos en seguirlo tenemos que acatar sinceramente esta decisión de Conciencia. 

            Es absolutamente tonto enarbolar buenos propósitos, y no vivir nunca a la altura de los mismos, porque comportándose así sólo nos separamos del Recto Curso, y nos debilitamos ante los eventos.

            Las personas deben aprender a ser honestas y respetarse a sí mismas. Esto no será difícil si se esfuerzan por controlarse y orientar su vida hacia los mejores propósitos. Sólo así podrán verdaderamente controlar a otros, y además merecer el respeto y admiración de los demás. 

            La importancia de vivir estriba fundamentalmente en las victorias que ganamos sobre nosotros mismos.

            Para toda esta vanagloriada civilización Cristiana Occidental material, sus gentes viven deslumbradas por los logros estupendos de la ciencia; no obstante están tan desvalidos como los primitivos hombres de las cavernas cuando se enfurecen las fuerzas elementales. Ellos pueden hacer maravillas con la electricidad y curar grandes dolencias como la tuberculosis, la fiebre tifoidea y la sífilis, y también pretenden viajar con la rapidez de la luz, y no obstante no saben cómo controlar sus emociones o su fantasía, y se extinguen agobiados por el temor, o se aterran con la muerte, o desarrollan cánceres, enfermedades del corazón o locura, sin saber curarlos, ni consiguen nada realmente en ninguna parte con su constante prisa y ajetreo.

            Se jactan de su superioridad social, su supremacía religiosa, su excelencia cultural, o su asistencia Divina, con todo son como criaturas frágiles, atormentadas por los anhelos de corazones insensibles y sedientos, y tienen que acudir a las drogas o al licor con el fin de aliviar sus infinitas tristezas y hacer llevaderas sus miserias crecientes. Estas personas deben aprender a usar su Mente y comulgar con la Gran fuente Universal de la Luz Espiritual, el DHAMMA. Esta experiencia los iniciaría ciertamente en el secreto mecanismo de la vida, y ellos aprenderían así, con una Mente limpia y un Corazón puro, que tienen a su orden un poderío mayor que el de todas sus maquinarias y bombas atómicas.