CIENCIA Y CONCIENCIA
Revista de Filosofía Trascendental
Órgano Oficial de la Gran Fraternidad Universal (Blanca)
Facsímil de la edición original
“Publicado por la “Sociedad Bodha de las Antillas”
Santiago de Cuba – Oriente
Presente Reedición publicada por:
ALIANZA UNIVERSAL, CULTURAL, HUMANISTA Y ESPIRITUAL Y REVISTA ARIEL (www.revista-ariel.org)
Marzo 21 de 2012
CIENCIA Y CONCIENCIA
Revista de Filosofía Trascendental
Órgano Oficial de la Gran Fraternidad Espiritual
Director: Juan Grau Castillo Administrador: Enrique Fernández C.
Santiago de Cuba. Oriente – CUBA
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Vol.11 Marzo 1937 (2481) Reedición Marzo 21 de 2012 No.17
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EDITORIAL
¡FRATERNIDAD¡
Nadie, absolutamente nadie, puede vanagloriarse - en justiprecio de la verdad - de conocer por completo el destino que cabe a nuestra naturaleza, o ya de poseer la clave de todos los arcanos y la solución a todos los dilemas que se presenten a la inteligencia humana.
Somos todavía bastantes imperfectos para poder sondear en toda su infinitud, el sublime misterio de la vida, lo mismo que los trascendentes motivos de la existencia. No obstante, ya a logrado columbrar el hombre algunos destellos de sus propósitos en el anchuroso campo de la Naturaleza Universal, y algunas de las prerrogativas que le tocan beneficiar. Si bien es cierto que comprende que su naturaleza es bastante débil frente a las múltiples esfuerzos que se imponen en el curso de la vida, también ha aprendido a saber que nada en el trascurso de esta carrera evolutiva que presupone la existencia ocurre sin guardar cierta concordancia con un proceso de causación preciso e inequívoco. Esta concepción surge frente a todas las disquisiciones fatalistas y a todo determinismo, a toda confusión lo mismo que a toda incertidumbre, aunque no le sea dable aun explicárselo.
En esto, precisamente, radica el ingénito ansia de IDEAL que mueve en imprecisos pruritos y en infinitas aspiraciones hacia una suma sublime de inefables posibilidades. El hombre vive mucho más dirigido por ésta brújula providencial que por su misma inteligencia. Es más, podemos aseverar sin temor a errar que vivimos sobre todo porque estamos impelidos por los secretos resortes-motivos místicos, misteriosos de esas ingénitas condiciones de nuestro ser.
¿Porqué buscamos todos la VERDAD?. ¿Acaso sabemos que existe?. Si no tuviésemos de alguna manera íntima convicciones de que existe, con toda seguridad no nos sentiríamos movidos a buscarlas, ni tan siquiera a anhelarla?.
¿Porqué aspiramos todos a la FRATERNIDAD?. Acaso éste íntimo sentimiento de unión y comunión, de armonía y cooperación sublime, no sea otra cosa que la exaltación de esa misma euforia secreta y trascendente de nuestro ser, surgiendo de lo más sagrado de nuestro ser, o sea la Conciencia Espiritual.
¿Qué es la Paz?. Pocos de nosotros sabe lo que es y no obstante todos casi, hablamos de ella. Acaso sea la Serenidad, la plenitud, la amplitud anchurosa de los horizontes que se ofrecen a nuestra mente en sus condiciones de dilatados pensamientos impregnados de infinitud, de serena y sublime universalidad. Si esto es la Paz de que hablan religiosos y místicos, con toda seguridad que todos la conocemos ya, aunque sea por nuestras ansias, por cuanto todo existe en estado de posibilidad, por lo menos, antes de pasar de plano de las realidades expresadas o manifestadas.
El hondo y trascendente sentido de las cosas y de la vida, la esencia sublime y absoluta de la realidad, subyace por doquier, incesantemente, en el contenido de la Naturaleza. A nosotros cabe y toca comprenderlo, realizarlo, asimilarlo, fusionándonos con ello hasta perder toda identidad personal.
Logremos esto y podremos vanagloriarnos entonces de haber conseguido elevar nuestro ser a la cuadratura sagrada de la perfección Espiritual, resolviendo por completo la ecuación de la vida en toda su integralidad, disfrutando al paso de los naturales beneficios que de tan exaltada condición se derivan porque algún bien ha de resultar de la vida, alguna felicidad, alguna exaltación de íntimos valores fomentados por nuestros propios afanes y esfuerzos. ¿Tendría la vida, acaso, finalidad loable Divina, de no ser así?.
Tenemos mucho que aprender del motivo, del proceso y del significado de la vida, todavía. ¿Sabemos, acaso, cómo surgió el ser, o conocemos algo sustancial del mecanismo o de la técnica vital, es decir, del fenómeno endocrino y biofisiológico?. ¿Y qué datos precisos tenemos en la actualidad referente al sentido de la vida y sus trascendencias ulteriores, es decir, en sus aspectos superlativos de Conciencia esplendente y de Espíritu totalmente liberado?.
Pero de todos modos se impone una actitud edificante en todos nosotros, por cuanto nada contribuirá mejor a nuestro enaltecimiento, facilitando nuestra salida de los impases de la ignorancia “original”, como una actitud lograda basada en un acrisolado afán de bondad, de perfeccionamiento superlativo, de superación evolutiva, en fin, de mejoramiento Consciente. Esto ha de sernos beneficiosos aun dado el caso de que supiésemos nada de la vida ni tuviésemos ni indicios de las posibilidades ingénitas del dinamismo inteligente de nuestro ser.
Y con esto, sepamos ser TOLERANTES para con los demás. Todo anhelo sincero y toda aspiración o esfuerzo íntimo es útil. Aunque no esté acertado. La buena intención es siempre edificante. Pero no por eso hemos de huir de toda innovación, de toda ansia de superación. Sepamos ser nobles en nuestras propias aspiraciones y a así mismo aristócratas en el más nato sentido, concediendo derechos de expresión a toda posible superación, a todo mejoramiento que se avera en los esfuerzos ajenos.
No es necesario emparedar nuestros íntimos anhelos de perfección en sendas doctrinas nebulosas apuntaladas con complejos dogmas; no es preciso que nuestras ansias de superación sean adornadas con ninguna clase de teorías místicas o filosóficas. A menudo, las mejores ideas son las no expresadas sino en forma de obras, hechos, esfuerzos. De todos modos, los mejores apóstoles, son los que viven sus creencias o enseñanzas, o que lejos de pretender Imponer sus propias ideas a los demás, los conquistan mediante la convicción nacida de las bondades de las mismas.
¡Sí, todas las enseñanzas son buenas, si son sinceras!.
¡Todos los esfuerzos noblemente inspirados merecen ser imitados, o por lo menos ensayados!.
¡Nadie tiene “patente” Divina sobre ninguna forma de Verdad!. ¡Dios mismo sufriría y se anularía a sí mismo si tuviera por un solo momento completo privilegio de la Verdad!. ¡La Verdad es esencia y sentido de la Vida!.
Swami Jñanakanda
------ Pensamientos ------
“Los que falsean las enseñanzas fundamentales para fines lucrativos o motivos personales son tan malvados y criminales como los que asaltan, roban y asesinan”.
“La mentira es un robo hecho a la Conciencia y a la verdad”.
“El charlatanismo es un acto de asesinato moral contra la Conciencia humana y contra el Espíritu Santo: la Verdad Universal”.
“La impostura es un asalto a la integridad, al albedrío y la Conciencia Humana, con desmedro de la Verdad”.
“Tergiversar las enseñanzas Esotéricas con propósitos utilitarios es tan cínico y siniestro como que es un CRIMEN MORAL. Gracias a ello algunos energúmenos y megalómanos se enriquecen y glorifican, haciendo imposible la plena confianza en la verdad y en la genuina FRATERNIDAD”.
K.H.
CONOCETE A TI MISMO
Para que bien calcules lo que cabe en un alma, conócete a ti mismo y fácil te será la lectura de lo ajeno. Paséate a menudo por el prado de tu yo íntimo y verás que hay flores exquisitas pero también mucha zarza que extirpar. Aquello se hizo jardín primoroso y a la vuelta de los años es oscura selva dura para transitar. Es forzoso que limpies la maleza que tu propio abandono o aun más tu maldad, se gozó en provocar. Piensa que la mala semilla es ponzoña que socava y se pasa sin escrúpulo al cercado ajeno. Si tu tierra está minada de mala hierba, tiende la vista y la verás reproducir en el campo vecino; si tus árboles acogen al insecto dañino, mira lejos y verás cómo corroe también el huerto colindante, pero si por lo contrario te ven diariamente podando y saneando lo inoculado, rastrillo en mano barriendo impurezas, regando lo bello, vigilando los frutos hermosos y sanos, tiende también la vista y verás cómo aquél, éste y el otro te observan a hurtadillas, no quieren que se sepa que copian tu sistema, pero irán poco a poco imitando tu gesto y siguiendo tu escuela. La obra no es de horas, tampoco de días, ni aun de años, es de lo infinito, con principio pero sin fin, cabría decir. En la perseverancia de tu tarea se irá haciendo el crédito, te podrán creer todos y seguirte también, supuesto que exhalas agradable y vas limpio de engaños.
Empieza por conocerte a ti mismo, por hacer balance de lo que tienes y de lo que falta, y cuando hayas aprendido a cuidar de lo uno y a merecer lo otro, ya verás cómo comprendes las necesidades del prójimo, ya verás cómo aprecias lo que vale, ya verás cómo te dueles del daño o de la inercia.
Cuida de tu vida y dala después para la copia. No te quejes del vacío de otras si está en la tuya todo dormido.
Leonor Barraqué
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LOS MALDICIENTES
Los maldicientes florecen por doquier; en los espectáculos, en los clubs, en las academias, en las familias, en las profesiones, acosando a todos los que persiguen alguna originalidad. Hablan en media voz, con recato, consientes en su afán de taladrar la dicha ajena. Sembrando a puñados la semilla de todas las hierbas venenosas. La maledicencia es una serpiente que se insinúa en la conversación de los envidiosos; sus vértebras son nombres propios, articulados por los verbos más equívocos del diccionario para arrastrar el cuerpo cuyas escamas son calificativos pavorosos.
Vierten la infamia en todas las copas transparentes, con la serenidad de Borgia; las manos que así manejan parecen de prestigitadores; diestras en la manera y amables en la forma. Una sonrisa, un levantar de espaldas, un fruncir la frente como suscribiendo a la posibilidad del mal, bastan para macular la probidad de un hombre o el honor de una mujer. El maldiciente, cobarde entre los condenadores, está seguro de la impunidad: por eso es despreciable. No afirma; insinúa; llega hasta desmentir imputaciones que nadie hace, contando con la irresponsabilidad de hacerlas en esa forma. Miente con espontaneidad, como respira. Sabe seleccionar lo que converge a la distracción. Vive distraídamente todo el mal de que no está seguro y calla con prudencia todo el bien que sabe. No respeta las virtudes íntimas ni los secretos del hogar, nada; inyecta la gota de ponzoña que asoma como erupción en sus labios irritados, hasta que de toda la boca hecha una pústula, el interlocutor espera salir, en vez de lengua, un estilete.
José Ingenieros
APOSTILLA, por Swami Jñanakanda
La maledicencia es profesión nata de corazones incapaces de un sentir noble y edificante.
Las almas pequeñas recurren a la maledicencia de modo natural, pues son malignas por índole. Su efimez moral y minusculidad personal les hace ser odiadores de la grandeza, de la dicha y del bien ajeno.
Las almas insustanciales y sin bondad, por incultas necesitan pronunciarse de modo antagónico contra todo lo que significa algo, contra todo lo bello, genuino y sincero, edificante y bien, pues sus complejos le hace ser artesanos fatídicos y destructores de cuánto hay de significativo en el mundo. No creen en la vida ni son capaces de esfuerzo alguno en beneficio de su ser ni en pro de la colectividad. En sus fueros íntimos, solo anidan propósitos destructivos, negativos, fatales.
Estos malévolos consuetudinarios tienen la vida agriada, porque no han sabido encontrar en sí mismo energías para esfuerzos edificantes, ni saben nada del ansia de superación, ni han vislumbrado jamás las sublimes bondades del ensueño y de la vida serena, complaciente y bondadosa.
Incapaces de ninguna forma de vida armoniosa dentro de sí. No aciertan a comprender que ello sea posible en los demás. Son, por tanto, eternos criticadores y condenadores; cuando no se burlan de los demás, los denigran y cuando no se sienten predispuestos a odiarlos, los envidian, no porque quisieran ser como los demás, sino porque no pueden ni saben ser mejor que ellos!
Todo les parece mal. Hasta el rebuzno de los asnos les incomoda. El trinar de las aves del campo les molesta sobremanera. Son eternos desplazados no están bien en ninguna parte. Jamás encuentran un cuadro apropiado para sus fútiles y burda elucubraciones.
Su intimidad es un yermo páramo, en el que no anidan ni buenos sentimientos ni surgen pensamientos nobles. Todo en ellos es aridez. Por eso siente un denodado afán de destrucción de los valores y de la dicha ajena!
No obstante, simulan maravillosamente bien las virtudes de los demás.
Excelsos artistas del odio, de la envidia y del celo provocado por sus incapacidades, se distinguen en la simulación de virtudes y cualidad. Son, por lo tanto, más dignos y más sublimes que nadie en la superficie terrestre. Nadie sabe más que ellos, nadie puede más que ellos!
¡Ellos son la perfección hecho carne!. ¡sí, la perfección en su antitesis!.
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TODOS TENEMOS HAMBRE
Por Amado Nervo
Bien sabes que todos tenemos hambre: hambre de pan, hambre de amor, hambre de conocimiento, hambre de paz.......
El hambre de pan melodramática, soflamera, ostentosa, es la que más nos conmueve, pero no es la más digna de conmovernos.
¿Qué me dices del hambre de amor? Qué me dices de aquel que quiere que le quieran y pasa por la vida viendo en todas partes mujeres hermosas, sin que ninguna le dé una migaja de cariño?.
Pues, ¿y el hambre de conocimiento? El hambre del espíritu pobre que ansia saber y choca brutalmente contra el zócalo de granito de la esfinge?. ¿Y el hambre de paz que atormenta al peregrino inquieto, obligado a desgarrarse los pies y el corazón en los caminos?.
¡Este mundo es un mundo de hambrientos!.
Todos tenemos hambre, sí, y todos por lo tanto, podemos hacer caridad.
Aprende a conocer el hambre del que te habla... en el concepto de que, fuera del hambre de pan, todas se esconden. Cuanto más inmensas, más escondidas.
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DEL AMOR...
por Rabbi Darti Ben Natchoun
Las mujeres de nuestra época, salvo muy contadas excepciones no creen que en nuestros tiempos pueda existir y mucho menos profesarse, el amor casto, puro, noble, desinteresado; el verdadero amor platónico, en fin, aquel que no busca interés en su satisfacción, sino meramente su propia proyección y su triunfo por medio de su propia expansión y floración.
Quizá éste tremendo mal sea sintomático de nuestra época de superficialidades y de ideologías insustanciales, carentes de sentimientos y ajena a todo lo fundamental, sincero, preciso y trascendente. Pero los culpables son por encima de todo, los mismos interesados, que no ponen fin a sus propios problemas, a la fuente de todas sus desdichas.
No coinciden, nuestra demoiselles modernas, el galán enamorado sin el beso apasionado, impregnado de sentido de película “a la Hollywood”, la caricia enloquecedora, morbosa; la mirada ardiente insinuadora; las concesiones despreciadoras, las satisfacciones mórbidas agotadoras y en fin en toda suerte de imposiciones mutuas tendientes a menoscabar las efusiones más legítimas del corazón y las expansiones más sanas y edificantes del ser. Tal enamoramiento, como bien puede uno ver, es desde todos los puntos de vista instintivo, elemental y poco edificante, pues carece de todo sentido sublime y es más bien una expresión de exaltados sentidos y de una disposición genésica exagerada, en vez de verdaderos sentimientos nacidos de un ser normal y propuesto para las más edificantes excelsitudes.
Esto demuestra hasta donde a degenerado el concepto y la práctica del amor. Hoy en día, cuando no se cotiza el derecho al matrimonio por medio de un enfermizo apasionamiento, se fija por medio del interés convencional. Los resultados naturales son bien conocidos: poca duración del lazo; transformación de sentimientos, o más bien dicho intereses y en fin un inmediato divorcio, que es la culminación de una experiencia terrible por lo incomprendida.
Esta especie de amor no es nunca de larga duración, ni de hondo arraigo.
Es un gran error, por lo tanto, tomar demasiado a la ligera el amor. Lejos de ser una mera satisfacción sensorial, el amor es un hondo sentimiento, o mejor dicho la expresión de un potencial primordial de nuestra naturaleza, con el cual no es propio jugar, ni conviene convertir un motivo de erráticas y morbosas experiencias.
El amor es una fuente inagotable de virtudes y grandiosas facultades.
Las más bellas disposiciones del ser llegan a expresarse bajo su mágico influjo. Aquel que ama no puede ser malo, por cuanto cuando reina el amor, todo el ser se manifiesta en su máxima excelsitud y la entera naturaleza parece contribuir para hacerle coro. Por eso puede decirse que el amor es la base de la verdadera felicidad y que no hay posible grandeza en el ser humano sin él. Amar es trascenderlo todo.
Por eso cuando se es verdaderamente enamorado se hace del amor un culto sagrado y todo en uno se vuelve dignidad, pues habla el sentido más sublime de la naturaleza, que es siempre trascendental y edificante.
No hay nada de las complejidades freudianas en el verdadero Amor, ni tampoco de las desfachateces de la brutalidad disfrazada. En los verdaderamente enamorados, el beso es casto y la caricia suave; las miradas sencillas y las expresiones enaltecedoras siempre. ¡Ese amor nada exige ni prohíbe!.
¡Ese amor es casto y puro, sencillo y noble, ideal y culto – ideal por lo bello y sublime y culto por lo reverente y trascendente!.
Norma para la esposa:
1. Si amas a tu esposo. Lo considerarás por encima de todo en el mundo y harás de tu hogar un santuario.
2. Trata siempre a tu esposo como si fuera un huésped de consideración y distíngalo como el más precioso amigo.
3. Ten siempre para tu esposo una casa ordenada y un semblante risueño, para que tenga un nido y una compañera a prueba de infortunios, desazones y dificultades.
4. Tu hogar será sagrado mientras reine en él la paz dulce del amor, en el que nunca falte la alegría ni la confianza la sinceridad la humildad. Ante lo superfluo y todo lo que pueda ser desagradable a su compañero. Acuérdese que tu hogar es el lugar donde se consagra, en la realidad de tu vida el amor que les uniera a los dos. Nada en el debe desentonar en ser ajeno al amor.
5. Acuérdate que te casaste con él para la buena y mala suerte. Ante las dificultades de la vida, acuérdate de que él lucha por tu propia dicha y que tu eres y debes ser mejor aliada su mejor inspiración y su ultima fuerza en abandonarle. Si lo acosan y lo maltratan si lo denigran y lo agota, tú, toma su lugar y antes que verlo vencido, prefiera agotarte en la lucha junto a él.
La dicha de la vida radica en la bondad de los motivos que nos animan.
6. Si tu esposo falta a sus deberes de consideración y cariño, dignidad y afecto, tú, no lo imites; más bien, reconquístale con el buen ejemplo.
El amor es como una planta, en cuyo cultivo hay que tener tanto esmero como se pusiera en fomentarlo. El verdadero amor nunca perece.
7. Si te casaste equivocada trata de hacer un buen negocio en tu condición de casada fomenta cariño en tu esposo. Si no logras nada, entonces él no es digno de ti ni del afecto de ninguna mujer. No te olvides que el amor llama el amor, lo provoca, lo inspira y en fin lo crea.
8. No seas demasiado exigente. No trates tampoco, de hacer de tu fantasía un reino de realidad. El amor no es ilusión, sino plenitud de armonías internas, confianza y convicción rebosante, unión rebosante y sobre todo lazo indisoluble como un haz de luz. El amor es como una sinfonía cuyos ecos jamás se apagan, porque se hallan renovados en cada nuevo sonido que va inspirando.
9. Nunca te desesperes cuando llegan hondas penas. Sé grande de alma y agranda tu corazón a medida que vayas encontrando dificultades en tu camino. Así merecerás más el amor de tu esposo y tendrá más valor para luchar por ti y el sostén feliz de tu hogar, que se verá cada vez más bendecido por las fuerzas superiores de la Vida.
10. Si se aleja de ti la felicidad, no maldigas; no rehúyas de ella ni la niegues.
Si tu esposo se aleja de ti, evita que te olvide. Y tú, trata de ser la imagen viviente del amor que los uniera a los dos. Procura ser la honra de su nombre y la luz de su numen encarnado en amor…......
El amor no es solamente un medio para un fin, sino una meta de ideal inefable. Cuando oigamos hablar de amor, tratemos de ver, ante todo, sus efectos.
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LA SINFONÍA DEL YO
La noche cae como un Nirvana de unificación sin nombre sobre la diversidad perceptiva de las cosas; todo se hunde en ella, todo en ella se precipita en uno como anhelo infinito de integración universal...
Gran integradora, absorbe formas y cualidades, confundiéndolos en una uniformidad integral...
Observador y paisaje se sumergen en su hálito inarticulado, uniéndose a través de las mallas informes de su sombra envolvente...
Todo parece huir en un éxodo de finalidad, sin desaparecer en sí, pero perdiéndose en un anonadamiento circundante que exhala calma y tiniebla, en un silencio que planea inquietamente pero sin motivo.
¡Tal es la sinfonía íntima que se eleva con la envoltura silente y sutilizadora de la noche!.
Todo se borra; todo enmudece; todo se pierde, en la noche.
Pero ¿no seremos nosotros quienes nos apagamos y fugamos de la realidad cuando aparece la noche, sembrando silencio y vaciedad en derredor nuestro?.
En esas noches silentes y vacías, nos volvemos solitarios y llenos de extraña, inusitada uniformidad, ansiosos de plenitud exaltadora, cual sublime entonación armoniosa sin formas ni sonidos, como huyendo de toda realidad hosca y limitada. Perdemos, entonces, todo sentido de realidad fugaz, externa, deleznable y fútil.
En la noche de nuestras abstracciones, cuando la mente se aquieta y la percepción calla, nos caracterizamos con la soledad del más allá y nos invaden las nociones y el sentido de lo íntimo y de lo preciso, de lo sutil hasta de lo esencial.
Cuando logramos tal expansión del “Yo”, perdiendo toda conexión con el mundo sensorial, dejando atrás nuestras banales debilidades y nuestras burdas presunciones, olvidando todas las elucubraciones imprecisas y tontas que implantan en nosotros inquietudes inútiles e impresiones fantásticas, cobra precisión de perfil en tono nuestro la realidad irreal, la presencia inmaterial, la unidad envolvente y suprema de lo trascendente, permitiéndosenos entonces oír el aliento de lo irreal, la Voz exultante del Silencio. Lo que parece soledad máxima vuélvase entonces unidad plena de todo lo grandioso. Surge en magnifica sinfonía lo supremo de nosotros en refulgente sublimación de notas engarzadas por el áureo fluido de nuestra deidad indivisa en trance de exaltación de sus virtudes latentes e inmateriales.
Lo diverso se pierde en lo esencial; lo múltiple se funde en lo primordial; lo objetivo se disuelve en lo trascendental.
El Yo pierde posición en el campo de lo diferenciado y lo absorbe, sintetizando todas sus cualidades. ¡Entonces se siente la felicidad de vivir en armonía con lo Infinito!.
¡Es inconmovible! ¡Nada lo altera! ¡Todo se desplaza y exalta en él! ¡El yo que crea la noche en sí mismo sabe dominar a la realidad y por la magia de la abstracción puede superar a la vida misma!.
¡Ni el pasado ni el futuro existen ni son posibles para él entonces! ¡Sólo hay presente!. ¡Presente envolvente y fusionador!.
¡Aliento infinito, el Yo persiste en su sinfonía inarticulada! Y cuando se desliza hacia fuera el Seno Divino, vuelve a entonar acordes disímiles y múltiples hechos de diferenciación y realidad poliforme! ¡Eterno ritornelo del Yo inexperenciado!.
¡Hecho sinfonía, el Yo es Divino! Con Brahma diría: YO SOY LO QUE ES.
Con Moisés asentaría: YO SOY QUIEN SOY.
Con Fo Hi proclamaría: SOY LO INNOMBRABLE, LO INDEFINIBLE.
Con Jesús diría: YO SOY LA VERDAD, EL SENDERO, LA VIDA.
Con el Buda, proclamaría: YO SOY LO UNICO QUE ES: NADA ESTA FUERA DE MI: TODO VIVE EN MI.
Al despertar perceptivo, la realidad ilusoria vuelve a nosotros, lo mismo que el día con su tropel de simultáneas y complejas realidades sucede a la noche.
¡Entonces se vuelve al bullir de la vida, a las experiencias imprecisas y confusas del intelecto ágil y desmenuzador, creador de inquietudes y miserias!.
¿Qué prefieres, tú, querido lector, dí, la SINFONÍA DEL YO, o la “orquestación polimática y caótica de la mente?.
Si prefieres la SINFONÍA DEL YO, eres un “yoísta” o Yogui y por ahí puedes encontrar reflejado en tu propia Conciencia la Suprema Deidad; Dios. Si los encantos de la vida diaria y la magia del intelecto son más seductores para ti, entonces sólo un comportamiento cabe para ti: ¡El EGOISMO!
Pr. OM Cherenzi-Lind
EL HOMBRE – MASA
José Ortega y Gasset
Tener una idea es creer que se poseen las razones de ella, y es, por tanto, creer que existe una razón, un orden de verdades inteligibles. Idear, opinar, es una misma cosa con apelar a tal instancia, supeditarse a ella, aceptar su código y su sentencia, creer, por tanto, que la forma superior de la convivencia es el diálogo en que se discuten las razones de nuestras ideas. Pero el hombre-masa se sentirá perdido si aceptase la discusión, e instintivamente repudia la obligación de acatar esa instancia suprema que se halla fuera de sí. Por eso lo “nuevo” es en Europa acabar con las discusiones”, y se detesta toda forma de convivencia que por sí misma implique acatamiento de normas objetivas desde la convivencia de cultura, que es una convivencia bajo normas, y se retrocede a una convivencia bárbara. Se suprimen todos los trámites normales y se va directamente a la imposición de lo que se desea. El hermetismo del alma, que, como hemos visto antes, empuja masa para que intervenga en toda la vida pública, la lleva también, inexorablemente, a un procedimiento único de intervención: la acción directa.
TRES COSAS
NO DIGAS LO DENIGRANTE.
NO OIGAS LO MALEVOLO.
NO VEAS LO INDIGNO.
Cultiva: La virtud, la bondad y la sabiduría.
Enseña: La verdad, la industria y la conformidad.
Combate: La mentira, la farsa y la calumnia.
Admira: La inteligencia, la dignidad y la gracia.
Aborrece: La crueldad, la arrogancia y la ingratitud.
Imita: El trabajo, la constancia, y la lealtad.
Sigue: La sinceridad, la fidelidad y la dulzura.
Prodiga: Compasión, afecto y cordura.
Perdona: Las ofensas, la envidia y la petulancia.
Huye: el odio, la lujuria y la malevolencia.
Ama: El valor, la caballerosidad y el desinterés.
Aprecia: La cordialidad, la bondad y el buen humor.
Defiende: el honor, el derecho de conciencia y las cualidades ajenas.
Gobierna: El carácter, tu conducta y tus pensamientos.
Cumple estos requisitos y lograrás ser persona merecedora de las mayores consideraciones.
Takhur Dayananda OM
PENSAMIENTOS
Maestro K.H.
- “Las mayores miserias de la vida del individuo las engendra el egoísmo y la falta de sentido Universal, es decir, de Servicio hacía los demás”.
- “Cuando se vive solamente para sí propio, se vive sólo”.
- “Las almas pequeñas no pueden apreciar más que lo que cabe dentro de su propio mundo. Es perdonable, por tanto, que su criterio sea tan superficial y sus cualidades tan efímeras y sin trascendencias”.
- “Los que denigran y maldicen sólo demuestran lo intranscendente, rastrero y burdo que hay en ellos mismos. Las almas dignas sólo manifiestan decencias”.
- “La escuela debe ser una fragua para la Conciencia”.
- “Aquel que pretende saber la verdad y no la acepta dónde se expresa, es un cínico, un fanático y un necio”.
- “Aquel que pretende estudiar la verdad y no la sirve, es un vano”.
- “No honra quien no tiene honor”.
- “No hay aspiración posible sin paciencia ni verdadera ansia de superación”.
- “Lo grandioso es siempre bello. Solamente lo erróneo es grotesco, denigrante y destructor”.
- “No hay mal sino en la aceptación del daño, de la derrota y de la maldad..- Pensar es elevarse, afianzarse, desenvolverse y sobre todo servir”.
- “El individuo es la suma de valores resultantes de sus propios pensamientos esfuerzos y anhelos. Estos expresan su estatura íntima”.
- “Propio de almas grandes y de corazones puros es perdonar y olvidar agravios”.
RESPUESTA
Por el Anagarika Ihoan
En la Revista “R.U.T.A.”, notable órgano de difusión masónica, que aparece en Pachuca, Est. Hidalgo, México, con fecha de agosto, nos encontramos con un hermosísimo artículo intitulado “NOSOTROS RESPONDEMOS”, debido a la pluma del Hermano Franco Herrera, que no podemos pasar por alto porque exhala sinceridad y da muestras de ser un verdadero Teosofista, por lo tanto éste término implica (1), que ha sabido interpretar por lo menos lo más bello que es dable encontrar en la Teosofía, o sea la parte verdaderamente práctica, que se refiere al perfeccionamiento de uno mismo y nuestras relaciones con los demás seres de la creación. Además, sus expresiones llevan sugerencias que nos atañan íntimamente, según el tenor de dicho estudio y en fin quisiéramos poner en relieve algunas discrepancias que desearíamos ver mejor comprendidas.
Nos pregunta ¿En qué sentido podríamos tomar la opinión que de la Teosofía tiene el Hno. K.H., cuando dice que está es la más grande de las ilusiones humanas?. Se nos hace difícil contestar semejante pregunta, en atención a la personalidad del interferido, cuyo historial, además, es por demás conocido, especialmente en lo que refiere a sus relaciones con dicha organización, de cuya dirección no está del todo ajeno; pero una pregunta vale una respuesta, así que ahí va la nuestra. Y repetiremos palabras suyas: “Las enseñanzas, a través de las edades, responden a ciertas necesidades históricas, correspondiendo además a requerimientos de orden íntimo de las razas y colectividades en cada época. Esto no quiere decir, no obstante, que las enseñanzas sagradas hayan de ser jamás antagónicas ni diferentes: son simplemente expresadas en formas distintas, pero siempre son las mismas en lo sustancial y fundamental. No sabría haber dos o más Verdades, ni cabría en la dirección de los destinos humanos una serie de enseñanzas disímiles y antagónicas. Esto explica, además, el hecho que unas enseñanzas puedan ser en una época determinada de carácter urgente y superlativo, y en otra no merecer atención alguna y ser relegadas de segundo plano o a completo olvido. Es que los directores de la evolución humana, que son los dispensadores de las enseñanzas Espirituales y Espiritualizadoras difunden las nociones y cultivan los principios que más sean necesarios según las oportunidades y las épocas, o de acuerdo con los requerimientos evolutivos de las épocas en curso. Así es como una enseñanza de hoy puede ser inusitada e inútil en el día de mañana, o verdades de ayer ser completamente descartadas hoy. Jamás se da el caso que una enseñanza son condenadas después de haber sido promulgadas por los Maestros, pero sí ocurre, muy a menudo, que un movimiento Espiritual puede ser desautorizado y hasta anulado o combatido, si se hace menester.
Nuestros esfuerzos son proporcionales en intención y en valor, a las necesidades eventuales. Pero cuando lo imponen las circunstancias, sabemos enmendar rumbos y modificar nuestros métodos. Además, sería propio de fanáticos querer eternizar una forma dada de enseñanza, haciéndola aplicable a todas las gentes de todos los lugares y de todas las épocas, sin parar mientes en diferencias y condiciones natas o eventuales que caracterizan tanto a los individuos como a las colectividades y a las épocas históricas, pretenderlo, sería craso error y afán de sectarios.
Las enseñanzas como todas las formas de fuerzas, se agotan así mismas es decir provocan condiciones superiores, que luego las hace inoperante o falta de significación. Pero entiéndase bien, no es precisamente las enseñanzas que sufren así, sino las formas los métodos de expresión que asumen o que se les concede .........
Ahora bien, si entendemos bien el sentido y a las palabras que anteceden que vienen revestidas de la importancia de su propio origen, o sea de uno de aquellos que se preocupan hondamente por la genuina dirección de la Espiritualidad sobre la tierra, debemos tener en cuenta los acontecimientos que caracterizan la historia de la sociedad Teosófica.
Con un poco de serenidad y de sinceridad podremos contemplar los hechos sin necesidad de apartarnos de las apreciaciones en curso. Tan serios asuntos merecen el ejercicio de toda nuestra cordura.
Pues los anales teosofistas mismos lo revelan, que luego después de la desencarnación de la nunca bien querida H.P. Blavatsky hubo un retraimiento por parte de los maestros en sus relaciones con la sociedad Teosófica, comunicándose después en dos o tres ocasiones solamente; eso inmediatamente después de la desaparición de la excelsa fundadora.
En 1907, gran cisma en el seno de Adyar, a raíz de los hechos bochornosos de Leadbeater, que motivaron su condenación por los tribunales civiles y luego su expulsión de la Sociedad teosófica. Fue reinstalado luego, pero a expensas de la deserción de muchos de los principales Miembros que no pudieron tolerar ni sus enseñanzas de morboso sexualismo, ni los procedimientos puestos en juego. Agravose la crisis con la insistencia de fomentar la aparición de un Mesías, en la persona de Krishnamurti, recurriendo a la Sra. Besant (Annie) a la creación de todo una cosmología destinada a justificar y explicar, sino a provocar la imaginada venida del prestigioso Mesías, con sus doce apóstoles, hechos que no aceptaron los más iluminados Miembros de la S.T., que veían en estos manejos nada más que una fantasía de la ilustre autora de la idea. Pero donde fue más grave la crisis, fue indudablemente en el seno mismo de la S.T., es decir, en la Escuela esotérica, que desde entonces fue disuelta. Por entonces, los escándalos se sucedieron. Lo más notorio, lo que se llegó a saber de hecho, es que los Maestros de Sabiduría, notoriamente K.H.., había abandonado a la S.T. a sus propios recursos, privándola de los más significativo que había tenido: vitalidad esotérica, por sus relaciones con los Santuarios y los Maestros. Este impase, en fin, no fue sino la culminación de los hechos de 1899 y de 1892.
En 1912, más escándalos, después de los que se desataron en los tribunales de Bombay, India, motivados por ciertas acusaciones contra Mr. Leadbeater, por hechos notorios de carácter inmoral en extremo, traídas por el Señor padre de Krishnamurti. El eximio Rudolf Steiner, que se había resistido a aceptar el cargo de JUAN EL BAUTISTA en la novísima fabricación apostólica con Krishnamurti a la cabeza como Avatar Cristo-Budha-Krishna (¡todo el panteón mayor del cielo!), fue expulsado espectacularmente de la S.T., ocho meses después que había RENUNCIADO a su condición de miembro de la misma!. Por el mismo año, creación, en Darjeeling, de lo que se podría llamar el Frente Espiritual, en que se precisaba toda la verdad con respecto al Señor Maitreya, quien no estaba esperado por entonces, ni debía ser específicamente un Hombre , ni hablaría por intermedio de persona alguna.
En dicha manifestación, hablaban todos los organismos budistas, y lo que es más expresivo, es que estaba éste movimiento, dirigido por el siempre notable Maestro K.H., de larguísimo historial como director Espiritual.
Es importante anotar aquí que el Maestro K.H.., en sus funciones Espirituales, de una manera u otra - que no viene al caso explicar, ya que los neófitos y los no-iniciados nada sabrían entender de estas trascendentes cosas – ha sido por mucho tiempo el dirigente del Budhismo en sus diversas formas de expresión. Por él mismo fueron recibidos Budhistas tanto Mr. Olcott como la misma H.P.B.. ¿Ahora pregunto yo? Sería posible que el propio Maestro K.H. desconociera el hecho de la venida del Ser Maitreya en la persona de Krishnamurti, o que la combatiera, de ser verídica?
Es el momento de confrontar la realidad en toda su desnudez y de nada valen la contemporización por motivos sentimentales ni la indiferencia, a menos que acusemos penuria total de sentimiento de superación y de genuina ansia de ver triunfar la verdad en todos sus destellos.
Y no solamente el Mestro K.H., sino todo el mundo Budhista, o sea más de 800.000.000 (más de la cuarta parte de la población del mundo y más de la doble del número de componentes de toda la cristiandad) rechazaron la idea del Mesías propiciado, inspirado, encubado y en fin lanzado por la Sra. Besant y Mr. Leadebeater, que por motivos que todavía no se han hecho público.
Lo que pasa ahora como cosa desapercibida para la inmensa mayoría DE LOS TEOSOFISTAS, es que la Sociedad Teosófica varió por completo de frente en sus actividades y hasta en sus enseñanzas desde el año 1907. Es un hecho notorio a través de las obras teosóficas lo mismo que en las expresiones de los oficiales de la institución, que ésta era originalmente Budhista y que sus fundadores eran Budhistas. Pero desde aquella fecha, todo ha variado y hemos visto las enseñanzas mas contradictorias entrar en imposible maridaje con las enseñanzas más puras del Señor Budha. Es más, todo el espíritu de la institución varió totalmente, llegándose en fin a crear una IGLESIA (llamada CATOLICA LIBERAL) y en fin convirtiendo a los Maestros de sabiduría en poco menos que fantásticas divinidades, a pesar de que sus mismas enseñanzas eran – y son todavía-contradichas y hasta combatidas y contrariadas de mil y una manera en la práctica.
Podríamos hacer la autopsia de estos hechos, pero no tenemos ni el tiempo ni la autoridad moral e intelectual para ello, por más que quisiéramos servir de voceros de los Maestros, tan denigrados y tan poco respetados en los mismos centros que más pretenden rendirles exagerado culto. Pero los interesados en estos asuntos pueden consultar más autorizadas fuentes, como por ejemplo “El Teosofismo” por René Guenon, o aun las “Memorias de un chela “ que se supone escritas por Rudolf Steiner.
Ahora veamos otro aspecto del mismo asunto. Bien sabido es que el Maestro K.H.. se interesa hondamente por el progreso de la ciencia y al propio tiempo tiene a sus cargo los movimientos místicos. Pues la Sociedad Teosófica tenía por objeto y propósito, en sus comienzos, FOMENTAR EL ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS RELIGIONES, FILOSOFIAS Y CIENCIAS, INVESTIGAR LAS LEYES NO EXPLICADAS DE LA NATURALEZA Y LOS PODERES ATENTOS DEL HOMBRE y, por sobre todo, FOMENTAR UN NUCLEO DE LA FRATERNIDAD UNIVERSAL DE LA HUMANIDAD, SIN DISTINCION DE RAZA, CREDO, SEXO, CASTA O COLOR.
Pues bien, hasta ahora, sólo los Budhistas se han distinguido, desde hace más de VEINTISEIS SIGLOS, en el sentido de fomentar, promover e instituir la FRATERNIDAD UNIVERSAL. Esto, la Sociedad Teosófica debió secundarlo, como lo pregona en sus fundamentos constitutivos, mas dista mucho de llevar a cabo tan loables propósitos. De ellos tenemos incontables pruebas, en primer lugar su afán de crear una institución por encima de todas las otras, manifestando así un espíritu de sectarismo. Además, no da prueba de otra cosa cuando rehúsa cooperar con personas o movimientos ajenos a sus directivas. De esto tenemos evidencias fidedignas, en forma de documentos, que posiblemente su publicación podría contribuir algún día al esclarecimiento de los hechos. Aquí mismo en cuba hemos visto el año pasado, cuando nosotros propiciábamos la celebración de una CONFERENCIA ESPIRITUALISTAS, reuniendo a todas las instituciones de carácter religioso o filosófico, con el fin de departir y dar muestras de confraternidad Universal, – rehusar toda cooperación, participación y propiciamiento y aun COMBATIENDO el proyecto.......
Del propósito inicial de “Fomentar el estudio comparativo de las religiones, filosofías y ciencias”, la Sociedad Teosófica se ha extralimitado convirtiéndose en una organización sui géneris, exclusivistas, arrogantes y absolutistas, sintetizando el espíritu escuetamente delineado del Magister Dixit formulado por la “Iglesia Católica Liberal” y “el Mesías Krishnamurti” (2). Luego ya no es una mera intención de “fomentar el estudio”.... sino una manifiesta y rotunda actuación en forma imperativa de imponer un dogmatismo de corte misterioso.....
Luego la institución pretende “investigar las leyes no explicadas”, haciendo por eso alarde de LIBRE PENSAMIENTO. Pero todos los que se encuentran dedicados a las actividades espiritualistas saben un tantito y con mucho hasta qué extremo tal pretensión no pasa de ser un mero “pretexto”. Ciertamente, de ser verídicos sus propósitos o pretensiones, no tendrían inconveniente alguno, en oír expresadas opiniones ajenas en el seno de sus Logias, ni perseguirían a nadie por tener ideas ajenas o contrarias a las xxxxx ni asumirían ése carácter de absolutismo místico que presume tener, ni mucho menos se constituiría en condenador y persecutor de personas por el sólo hecho de tener mala fama o de ser presumiblemente de mala conducta ni se convertirían en centros de difamación ominosa-extremos que podamos comprobar en toda circunstancia, pues, que conste, no estamos haciendo la acusación o fiscalización de ésta institución, sino meramente la invocación de motivos y hechos contundentes tendientes a explicar una actitud y expresiones que hemos visto impugnadas con manifiesto desconocimiento de la realidad fundamental de lo tratado.
Nadie lamenta más que nosotros el que la Sociedad Teosófica no guarde la relación fidedigna con sus propios principios y propósitos primordiales, por cuanto el mundo necesita de tales organismos. Pero sabemos también que si la S.T. no llena tales requisitos, no es sino porque carece de facultades o energías, fundamentos y valores, para ello. Y en tal ocurrencia, no ha de faltar otros organismos para suplir a tales deficiencias, ya que los Maestros siguen activos en sus empeños y tienen que expresarse mejores a través de las instituciones que permanecen fieles por completo a sus designios originales.
No extremaríamos nuestro criterio hasta negarle a la S.T. toda utilidad. Ha llenado cierto cometido, verdaderamente, haciendo conocer mejor la literatura oriental y difundiendo algo más las enseñanzas filosóficas de los Maestros de Sabiduría. Pero esto data de antes del año 1907. Posteriormente, su labor se ha reducido a nada efectivo, si no es de copiar y reproducir lo anterior, no siempre de manera apropiada. Pero en cuanto a los Maestros, no vemos donde haya servido de puente entre los mismos y el mundo profano. Tampoco sabemos que haya servido de modo indefectible o indispensable. Imprimiendo derroteros evolutivos a la humanidad, o ya tan sólo actuando de “puerta de Oro” o de “sendero Inicial” que conduce de los planos inferiores a los Superiores.
Por eso, a nuestro entender, la S.T. dejó de responder a las necesidades que promovieron su creación, en 1907. Y su inmensa gloria fue de hacer saber al mundo que en los rincones más apartados del mundo, había seres de extraordinaria capacidad de sapiencia y dedicados de manera excepcional al manejo de los destinos humanos, disponiendo de las leyes kármicas y modelando el porvenir de las razas.
Pero es un hecho innegable que, con la desaparición de la insigne Chela H.P. Blavatsky, le han faltado a la Sociedad Teosófica verdadera orientación y el genuino espíritu iniciático. De posible escuela de Ocultismo, se convirtió luego en asociación masónica con caracteres sectarios (cristianos) y con inconfesados propósitos políticos (¿Quién lo duda ya?) y en fin en mera antesala de enganche para la pomposa IGLESIA CATOLICA LIBERAL y el MESIANISMO KRISHNAMURTIANO. Sus sucesores han carecido de la pureza de intención y del espíritu de obediencia y disciplina que cabe en todo genuino Discípulo, ni comprendieron jamás las enseñanzas aun las más elementales de los Maestros, ni aun de aquellos que más presumen venerar.
La S.T. después de H.P.B. llegó a ser una plataforma para improvisados “maestros” que nunca supieron ser buenos “Discípulos de auténticos Maestros y más interesados en sus propias organizaciones. (Vg. Estrella de Oriente., Orden de la Estrella, Iglesia Católica Liberal, Coomasonería, etc...etc.. que lejos de fomentar los altísimos designios que blasona la Sociedad Teosófica los altera y falsifica, fomentando más ilusiones, prejuicios, dogmas, tradiciones y fantasías de corte fatalista, cuando no categóricamente fanático.
El exclusivismo absolutista de la Teosofía moderna es, obviamente. un indicio de sectarismo y también una evidencia condenándola como fomentadora de ilusiones. No queremos decir, no obstante, “que admitir que la Teosofía no sirve, que todo es una farsa, que todos los estudiantes de la Teosofía son unos mal intencionados ya que lo que enseñan no es la verdad”, sea así o no, lo que si sabemos y no tenemos el menor inconveniente de pregonar es que, una vez demostrado como queda que la Sociedad teosófica es, en la realidad actual.
Un organismo espurio, expresivo de enseñanzas antojadizas y amaneradas, burdamente manoseadas y hasta funestamente tergiversadas (Vg. Rama, Reencarnación, Logos, etc..) que son señeros de absurdez desprestigiadora de las sublimes enseñanzas de los Maestros y de los Santuarios Esotéricos. Los teosofistas, por muy sinceros que sean en sus intenciones, no andan perfectamente encaminados por los verdaderos rumbos señalados por la genuina TEOSOFIA inicial promulgada por los maestros. Pero entiéndase bien el que estén mal encaminados y desorientados, a pesar suyo, no implican que sean malintencionados; ellos siguen “su verdad”...
“De aquí sigue solamente reconocer que todos los caminos son buenos para llegar al fin supremo cuando hay sinceridad y voluntad de nuestra parte”. ¡Esta perogrullada, no la tragamos nosotros!.
El criminal también es sincero en sus intenciones y creencias?. Cabe aceptar por los mismos sus procedimientos y consagrar como aceptable y santas sus actuaciones. ¡¿Acaso el loco también no está seguro de sus intenciones y completamente sincero en sus propósitos y tenemos que aceptar sus insensateces como vienen (Valiente filosofía de “laisser faire” y de conformismo fatalista?!).
Y si oponemos argumento contra argumento, podemos decir, asimismo, además de las carreteras que conducen a la Capital, hay caminos reales y vecinales. Estos están llenos de obstáculos que hacen mucho difícil la llegada al punto de destinación que las carreteras. Además hay senderos montunos que pasan por valles, selvas y páramos, de múltiples direcciones y sin verdadero trazado ni siempre adecuados para el tránsito, todo lo cual se traduce en sacrificios y dolores para el viajero. Ahora, preguntamos nosotros ¿Por qué tomar un inseguro trillo montuno cuando podemos escoger una carretera amplia y libre de toda traba?. No denotaría falta de inteligencia, escasez de sentido común, y hasta incalificable necedad terquedad escoger una senda llena de dificultades, cuando precisamente al ladito, a la misma vera, existe otro medio mucho más expedito. Vg. una carretera de fácil y agradable tránsito. Pues, querido Hermano, los maestros, a quien siempre preocupa la marcha ascendente de la humanidad, tiene mucho cuidado en tener Caminos expeditos, o si se prefiere, una carretera moderna (¡Up to Date!) si vale la metáfora ¡Cada cual está libre de escoger como mejor la senda que más prefiera!, pero esto no implica ni garantiza que la escogida sea verdaderamente la mejor, a menos que sea la principal, es decir, la carretera.
Ahora bien, no faltará algún teosofista, que trate de tomarnos la delantera y se apresure asentar que la teosofía es la carretera única asequible y posible para lograr la Liberación ulterior, es decir para llegar a la meta final de la evolución. Ante semejante aseveración, daríamos dar un sentido estruendoso fallo en contra, proveído de las consideraciones ya anunciadas aquí, ya bastante contundente en sí, aunque sintéticas y más bien elementales.
Es más, no fue nunca intencionada, entre los propios Maestros de Sabiduría que crearon la Sociedad Teosófica, que esta institución fuera un CAMINO, ni siquiera un SISTEMA, como ahora pretende serlo, de modo tan inconsulto y arbitrario para serlo, habría de ser un organismo INICIATICO. Y es un hecho notorio que no lo es, ya que sus mismos artículos constitucionales, de arriba descritos, son explícitos a éste respecto. Ni siquiera debía ser una escuela sino nada más que un organismo destinado a provocar mayor interés en un conocimiento más acertado de la naturaleza!.
Todo lo que decimos queda sentado sin animosidad alguna y nos interesa que se tenga esto bien presente, pues entre los Hermanos Teosofistas, en cuenta corriente en la actualidad considerar como “ataque” cuando se llega a decir que no se les agrada o no enaltece su institución, que parecen colocar muy por encima de los principios fundamentales que esta debiera servir por encima de todo.
Hace muy pocos años, el insigne teósofo y polígrafo Don Mario Roso de Luna, en carta dirigida a nosotros, se quejaba amargamente del rumbo tomado por la Sociedad Teosófica y nos afirmaba que seguía, no obstante, como teósofo, librepensador, Ecléctico, Armonista, etc., entendiendo que los teosofistas actuales deben considerar a la luminar H.P. Blavatsky como enemiga. Abundan, en efecto las evidencias en éste sentido y la misma Dra. Besant lo demostró asazmente bien (3).
Así es. En las logias Teosofistas, en todas partes del mundo, el nombre de Blavatsky es casi tabú y hasta resulta crimen de lesa majestad hacia la Dra. Besant mencionarla. En cuanto a sus escritos, ni son tomados a consideración ni hay quien los comprenda. Tan es así que en los últimos años se ha desencadenado en diversos sectores Teosofistas un movimiento destinado precisamente a “retornar a las enseñanzas anunciadas por la Maestra Blavatsky”, lo cual es bastante sintomático. Aquí mismo en Cuba, es prácticamente imposible hablar de Logias teosóficas si no es ciñéndose al “teosofismo moderno”, que un amigo nuestro calificaría orondamente de “neosofismo”, no sin cierta razón.
Como puede notarse, no es solamente la LIBERTAD DE PENSAMIENTO que sufre menoscabo, sino también el “doctrinarismo sectario de su exaltada ortodoxia de novísimo cuño”. O quizás sea porque sus ideas descansan en pedestales tan faltos de base con sólo escuchar la disertación de quienes no piensen de modo acorde con ellos se derrumbe. Todo cabe suponerse ante el extraño procedimiento de los Teosofistas, tan manifiestamente contrario a sus pregonados preceptos y principios.
Se ha educido que se debe evitar la exposición de enseñanzas ajenas ha la teosofía en las Logias, ERGO ya la teosofía es un artículo de fe, una ortodoxia para consumo interior de esa institución, que se cuidan mucho de no alterar ni ver reducidos en sus “pregonadas virtudes”. Todo esto es precisamente lo ANTIBUDHICO o lo que mas combatiera H.P. Blavatsky, por si no lo saben los amigos y hermanos Teosofistas de la hora actual. De todos modos, en cambio, en las Logias, se enseñan sendas palabras sánscritas y confusas doctrinas mistagógicas e historietas aumentadas hasta el colmo de la exageración y otras tantas cosas por el estilo, especialmente la conversión de leyendas mitológicas del Asia en hechos históricos o ya experiencias de carácter psicológico y milagroso capaces de hacer dormir a los mas creyentes. Esto no es ni serio ni digno de personas que se ufanan de “estudiar”. En vez de toda esa pirotecnia verborrea y piruetas malabaristas y ilusionismos dignos de los bazares de Bombay y de los circos tibetanos, valdría mucho más proceder a estudios que conduzcan al control de los hábitos, al amaestramiento de nuestras pasiones y en fin en el desarrollo de las facultades enaltecedoras de nuestro ser – que para teorías y fantasías, ya está harto el mundo.
“Hay tal confusión de ideas, hay tal vanidad, tal intolerancia que muchas veces, desgraciadamente, nos lleva a creer que sólo nosotros tenemos de parte nuestra la razón, al pensar como lo hacemos”. Por extraño que parezca, este juicio es aplicable en su corte y espíritu a los Teosofistas, como queda demostrado en el curso de esta exposición. Y si debemos ser explícitos y no escatimar nada de nuestra sinceridad, diríamos que resulta difícil encontrar gente más FANATICA que la teosofista, tan requeté contraseguros están o parecen o por lo menos pretenden estar, de sus ideas y creencias. Es tal su seguridad que por nada aceptarían descripciones de una lamasería del Tibet, por ejemplo, por más que fuera hecha por uno que viene directamente de allá, si ya tienen una descripción hecha por la vía astral, intuicional o visional de uno de sus consagrados Magisteres, Vg. Leabdbeater, Besant o Wedgewood o Jinarajadasa. No obstante, ya es notoria la propensión de estas personas para la exageración de sus fantasías y sus leyendas exaltadas. ¿Quiérese tan solo una muestra? - pues lean nuestros valerosos hermanos teosofistas los libros bien difundidos “Formas del pensamiento” y “Química ocultista”, escritos por Besant-Leadbeater. Ahí, encuéntranse enunciados y afirmaciones categóricas, hasta dibujos de átomos y descripciones de las partículas atómicas. Pues no ha pasado ni cinco años desde su publicación y ya se puede afirmar, con los más recientes descubrimientos de laboratorio, que tales estudios son completamente fantasistas, absurdos y por demás antojadizos, que en nada se justifican. ¡Terribles prueba para la intuición y la visión de tan excelsos leaderes¡. Pero nadie dice palabra de esto, lo cual demuestra que en nuestras Logias Teosófistas nadie está interesado en los progresos de la Ciencia experimental, y que se sigue consagrando como Verdades concluyentes y absolutas las divagaciones y los ensueños intelectualistas de unos cuantos sabihondos!. Pero conste, no injuriaríamos a la genuina Teosofía confundiendo estas burdas fantasías con sus bien sentados enunciados que hoy son tabú en las Logias teosóficas. Tampoco cometeríamos la insensatez de creer que estas burdeces ilógicas son comunes a todos los hermanos teosofistas.
De todos modos hacemos una plegaria en alto para que los hermanos teosofistas consideren estas consideraciones con sereno criterio, lo mismo que lo hacemos nosotros, para que despierten y comprendan, una vez por todas, que la teosofía no es ni mucho menos el acmé de la perfección Espiritual, ni la condición de teosofista excluye toda otra creencias dentro del terreno de la realidad sublime.
Los Maestros siguen vigilante la inexorable marcha de los acontecimientos y de las creencias e ideas de la humanidad, y se sirven unas veces de “servidores” y otra de “humildes y bienintencionados Discípulos” para señalar rumbos y preparar caminos de evolución, que “no son nuevos”, sino simplemente olvidados, de manera que aquellos que estén más preparados lleguen más prontamente a la meta de la vida y de nuestras aspiraciones.
Al insertar esta publicación, ”Ciencia y Conciencia”, documentos como el presente, demuestra estar animada de los mejores propósitos y ansiar servir de modo más completo las novísimas orientaciones dadas e inspiradas por los Santuarios del Oriente. Esto es, verdaderamente, su único motivo y objeto de existir.
(1) - Llamamos la atención hacía las recientes manifestaciones emanadas de los Santuarios Esotéricos referente al RENACIMIENTO ESPIRITUAL en curso. En una amplia exposición de lo que implican los movimientos de carácter Espiritual, se explica las características de cada uno de las principales escuelas, como son el Espiritismo, la teosofía, el hermetismo, el Gnosticismo, el yoguismo y en fin el Budhismo, que se fundamentan, cada uno a su manera, en ansias, inspiraciones y orientaciones Espiritualistas.
Queda bien expresado, en fin que ninguno de éstos términos específicos se diferencia en sí, según el sentido y el valor de los principios que presuponen a las enseñanzas fundamentales a que aluden, aunque no de modo explícito. No hay razón, por tanto, para usarlos de manera distintiva, si no es con propósitos sectarios o acoplados a un doctrinalismo antojadizo y erróneo.
(2) - Hace ya tiempo que el Sr. Krishnamurti se ha retractado en todo lo de esta empresa de proporcionarle un Mesías al mundo, desmintiendo por completo tanto las teorías como las aseveraciones de Mrs. Annie Besant como las suyas propias. ¡Pero esperó más de 25 (veinticinco ) años para ello!. El hecho es que aceptó el cargo, con la preparación para el caso y fungiendo de tal, cooperando al desarrollo y al entronizamiento de lo que hoy él mismo considera como una burda farsa, según sus propias expresiones, tácitas y explícitas. De todos modos, resulta harto difícil comprender como una persona de supuesto juicio preclaro, capaz de encarnar, representar, sustituir o imitar a la Divinidad (o sea el Cristo, al Budha, a Sri Krishna, a Nanak, a Mahoma, en una palabra, al Mesías de todas las tradiciones, como se pretendió con sumo notoriedad que en verdad de verdad debía encarnar), tuviese que esperar tanto tiempo para corregir un error, sin mostrarse copartícipe de tal combinación, haciéndose cómplice cabal de toda la farsa y responsable de todos sus tremendos resultados.
La NOVÍSIMA ACTITUD DEL Sr. Krishnamurti, no obvia nada de la tragedia de su triste cometida.
Lo incomprensible, no obstante, es que ahora el Sr. Krishnamurti sigue explotando su fama de presunto Mesías, pues viaja dando conferencias y publicando libros, sacando así partido considerable de sus seguidores, admiradores y simpatizadores ocasionales. Pero parece que nadie se le ha ocurrido inquirir de dónde saca ahora Mr. Krishnamurti sus inspiraciones, ya que ha dejado de servir de Mesías o vehículo de los Salvadores y de los Maestros de Sabiduría, así como de los planos nirvánicos y supraparanirvánicos... pues es de suponer, también, que desde su rompimiento con los jefes de la Sociedad Teosofica, ha dejado de tener para su disfrute incondicional los servicios de los “arhats”y “mahatmas” confesionados por serie por la misma institución en referencia.
¿Las enseñanzas de Mr. Krishnamurti, de hoy son idénticas a las de sus tiempos de glorificación Divina, bajo la dirección de M. Besant?. Qué debemos creer, nosotros los ínfimos humanos, sujetos a las enseñanzas de los Elegidos: ¿que Mr. Krishnamurti nunca dejó de ser otra cosa que Mr. Krishnamurti, y que no hay nada en él de sobrenatural?. - En tal caso, porqué todo ése runrún oropeloso alrededor de su nombre y persona?. - Es más, lo que más nos desquicia, es que él mismo pretende clamorosamente que no tiene enseñanza alguna y que nadie debe someterse a las enseñanzas de nadie, que él llama servilitud, imposición, limitaciones, muletas..... ¡Entonces qué!. ¿Para qué habla y viaja el Mr. Krishnamurti?? Será únicamente para seguir sacando partido del sacrílego mesianismo Besantt-Leadbeateriano del teosofismos adyarense?
Es un hecho notorio que Mr. Krishnamurti disolvió la orden de la estrella en 1929 y luego renunció al cargo(¡) de Mesías, de modo público, porque estuvo conminado a hacerlo por los Santuarios Esotéricos. De esto, no dicen ni soplan palabra los teosofistas modernos. Pero si el gesto de Mr. Krishnamurti hubiese sido completo, respondiendo a su ansia de integridad de carácter, habría procedido a poner fin por completo a la farsa mesiánica, hoy tan detestada porque se comprende mejor los móviles que le dieron fuerza y contribuyeron a su actualización histórica rehusando por completo aparecer en público - o por lo menos habría hecho público las características y los pormenores que él tuvo que vivir en sus primeros años de mesianismo fantástico, concoctado enjudiosamente en todo una cosmogonía novísima ad hoc destinada precisamente a justificar con sutil escenario toda ésa farsa de contenido místico-filosófico atinada exclusivamente para apoderarse de la íntima credulidad y de toda la fe de los hombres de buena voluntad.
Nosotros mismos expusimos estos hechos en el año 1910, anticipándonos a la cínica farsa y su correspondiente catástrofe actual. En 1917, aquí mismo en Cuba, expusimos nuestro parecer, repetido en 1925, atrayéndonos la ira sacrosantísima y fraternalísimas de todo el mecanismo Teosófico, hasta ahora........!El tema era TABU!.
Las grandes verdades se abren paso de cualquier modo, quiéranlo o no los fanáticos que pretenden servirlas mejor en su ira y sus odios.
Gracias a nosotros, digámoslo claramente y en lo alto, las cosas llegaron a sus presentes condiciones y proporciones. ¡Esto no es otra cosa que servir principios!.
(3) - Consúltense los anteriores números de “Ciencia y Conciencia”, donde hemos insertado la carta en referencia y hecho repetidas alusiones al extremado celo fanático ejercido contra nosotros por nuestro interés a favor de la verdad y sus principios. Se nos ha acusado de “Sembrar odios” y “atacar”, por esto mismo. Pero acaso el callar el error, la farsa y la ignominia o la ignorancia es crimen?. De todos modos, preferimos ser considerados así antes que ser cómplices del “crimen moral” de engañar y explotar la credulidad humana.
(4) - “Ciencia y Conciencia” se hace eco del presente documento en razón de su importancia y por considerar sus términos apropiados y absolutamente en proporción y armonía con la Verdad, reflejando además un espíritu de fraternidad encomiable y digno de imitación. Hace falta en realidad semejante civismo en los círculos llamados “fraternales” por cuanto demasiado a menudo se tiene por “fraternal” la complicidad con las indelicadezas, las falsedades, los intereses creados, las penurias morales y las limitaciones mentales del Clan o de la Sociedad. Por eso, en fin, cada grupo quiere ser la FRATERNIDAD, la única y suprema Fraternidad!.... y así sigue el mundo sin ninguna Fraternidad!.............
“Ciencia y Conciencia” seguirá dando cabida en sus humildes pero valerosas y puras columnas todos los estudios que se le presente, siempre que lleven el sello de la imparcialidad y estén animados del espíritu inconfundible de la verdad.
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LA ORDEN REAL DEL CISNE, Institución emparentada con el antiguo mito nórdico de Lohengrin y los albores de la historia germánica, especialmente del Rin, tan magistralmente cantada por el genial arquitecto de la música que era de Wagner, acaba de nombrar un representante en esta parte del mundo.
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LA VIDA SABIA
(Filosofía ética de los Pitagóricos
Curso Elemental – Continuación)
Todos los problemas del momento arrancan de diversas fuentes que tienen un fondo común, o sea de una manifiesta deformación del carácter, de una falta de sentido preciso de lo que es la vida, de sustancial realización respecto de la realidad universal, de un desconocimiento de lo que son las necesidades naturales del ser y en fin de una ausencia desastrosa de genuinos valores, además de principios completamente erróneos que fungen de bases fundamentales de toda creencia; todo ello surgiendo de la ignorancia del individuo en lo que se refiere a su propia persona y a sus condiciones como ente natural.
Por otra parte debe saberse toda acción, benéfica o maléfica en sus consecuencias, vuelve a nosotros por una especie de corriente de retorno, como si todo en el mundo evolucionara en un sentido circular. Es lo que se ha dado en llamar “choque de regreso”, o sea la acción reactiva de toda fuerza. Así se explica, en efecto, el justo castigo de los malvados y la merecida recompensa de los actos de abnegación o sacrificio. No hay esfuerzo que no produzca sus correspondientes efectos, sus consecuencias naturales. De ahí que estemos siempre en la obligación de vigilar nuestros actos, nuestras emociones, nuestros sentimientos y sobre todo nuestros pensamientos, desterrando en lo posible toda propensión o disposición de carácter negativo, de naturaleza nociva, evitando que se entronicen en nuestra conciencia condiciones destructivas y malignas, a expensa de ideas de benevolencia y tendencia edificantes, sublimes, noble y dignificante en todo sentido. Este hecho constituye una confirmación del principio Universal de la circulación de fuerzas. No es que todo retorna a su mismo punto de partida, sino que vuelve a afectar, en primer término, aquello que, precisamente, provocara su acción o expresión. De ahí, en fin, que seamos nosotros mismos, siempre, los primeros afectados por nuestros pensamientos, sentimientos y acción.
Estos datos nos llevarán a otras consideraciones de idéntica sino de mayor trascendencia. La Vida, por ejemplo, es, en si, todo un proceso, de fenómenos dimanante de un seno de poderes latentes y primordiales, llámese Divino o Universal. Así se pudo llegar a comprender que Dios late en todas las modalidades de la vida, cumpliéndose designios de carácter esencial y de suma importancia. Pero todo esto se logrará vislumbrar y entender mejor solamente en la medida de nuestras realizaciones del sentido de la existencia. Ante todo, nos cabe llegar a una amplia comprensión de los diversos y múltiples fenómenos de la vida en sus características objetivas.
Pasemos ahora al análisis de otros aspectos de nuestro estudio, que antaño hiciera la grandeza de los Templos Délficos y que dieron fortaleza y características Divinas a los Caldeos, los Hindúes y los Chinos, precursores de todas las grandes culturas y civilizaciones sucesivas de carácter teocrático de Egipto, reflejándose más tarde a través de Pitágoras en toda la Helade y aun en la Roma luminosa gracias al verbo hierático de Numa Pompilio.
VOLUNTAD
La Voluntad descansa, al lado del Destino, como potencia Directriz de nuestra evolución.
Dos grandes poderes regulan y dirigen la evolución humana. El uno es Providencial; el otro la Voluntad. El primero es determinado por anticipado; el segundo es libérrimo.
La necesidad misma, que está a la base de todo fenómeno, está integrado de dos elementos distintos. En primer lugar, hay el principio determinante de la evolución que surge de todo lo dimanante del gran seno de la realidad, Dios, volviendo a él, después de un ciclo de desenvolvimiento sometido a la atracción invencible que es la potencia del Amor Divino hacia Todo y se traduce en cada ser o individuo por ésa fuerza interna que le impulsa a pesar suyo a nacer, crecer, vivir, multiplicarse y en transformarse, constituyendo así la corriente de la Vida o existencia. Es el que, a pesar de los desfallecimientos y las equivocaciones de los individuos, los incita a cada individuo a luchar para existir, a vencer la ignorancia, a descubrir los fundamentos de la vida y sus ignotos designios, a dar con el sentido de la realidad, la Verdad, para mejorar su suerte y en fin, que le mueve a asumir responsabilidades en gestas llenas de peligros y sinsabores o a correr riesgos y a ansiar transformaciones. Esa ley, o mejor dicho ése principio, enuncia el progreso Universal y Humano, la pauta de la evolución natural, o sea la ascensión de todos los seres al conocimiento y a la bondad Divina, como una necesidad irrevocable, ineludible. De hecho, todo lo existente se eleva, expansiona y progresa de una manera infinita a lo largo de la grandiosa escala vital de los diversos reinos de la vida, partiendo de las condiciones de gases y minerales hasta llegar al género Humano y aun al de los Supra-Humanos.
Del mal, no digamos ya nada, por cuanto su existencia es sumamente convencional y aparente, no existiendo por otra parte en lo Absoluto, no logrando, en ulterior análisis, sino provocar novísimas circunstancias que han de notarse edificantes. Toda malevolencia se destruye a sí misma; es contraproducente; toda negatividad es destructiva, y produce sus efectos en primer lugar en las personas que la alientan, como por contaminación propia. Y por esto mismo, el triunfo del Bien queda siempre asegurado. Es lo que implica la frase pitagórica: El Poder habita cerca de la necesidad.
A este poder, no se refería entonces sino a través de símbolos, alegorías y enigmas y no se explicaba sino en los círculos de estudios más preparados. Tal era la importancia que se concedía a ésta parte de la enseñanza que se la reservaba para los Mayores, o iniciados. El símbolo en este caso era Sierpe mordiéndose la cola, en señal del poder inmanente de la naturaleza, actuando en forma de ciclos y en fin con capacidad para toda forma de posibilidad.
De todos modos, tanto el Bien como el Mal no constituyen “poderes”, sino posibilidades, o aun meras actitudes.
Pero con todo esto, el problema de la necesidad se va ampliando a nuestras consideraciones. El Bien y el Mal son apreciaciones nuestras, o a lo mejor actitudes, con sus respectivas consecuencias; pero resultan ser modalidades de la necesidad. Actuamos en tal o cual forma porque sentimos la necesidad de ello, o bien nos vemos experienciando tales o cuales modalidades de la vida, que calificamos de Bien o Mal, según nuestras propias aspiraciones o explicaciones. Pero sabemos, por otra parte, que lo que consideramos como Bien o Mal, no lo es en todas las circunstancias ni tampoco para todo el mundo. En tal apreciación, hay una buena dosis de conveniencia, o bien de apreciación personalísima.
De todos modos, la realidad contemplada aquí es que donde se manifiesta una necesidad, encontramos a nuestro alcance o dentro de nuestras posibilidades las fuerzas o los poderes indispensables para satisfacerla.
Hay, en fin, otro aspecto de la NECESIDAD, que es aquello que experimentamos sin quererlo en cualquier momento dado. Pero en tales circunstancias se pone de manifiesto también un segundo elemento, que es, éste, propio del bagaje personal del individuo (el Karma de los Hindúes), o sea aquello que se a acumulado de bueno o de malo durante el curso de sus experiencias vitales anteriores, a aquello que debe expiar o aquello en que ha de beneficiarse. (1) (Seguirá)
NOTA.
(1) - Adrede hemos dejado intacto éste último párrafo, que se refiere al Karma, o sea uno de los más profundos e importantes problemas de la vida.
Aquí, hay que notar que el criterio es notoriamente Cristiano, a pesar de enunciar un concepto íntimamente relacionado con las nociones orientales, ya un tanto difundidas en el mundo a través del prisma teosofista. Pero el tan complejo y arbitrario o el aserto karmista en referencia, que no podemos menos que prevenir a nuestros estimados lectores contra el, ya que bordea el desatino y tiende a convertir a la vida en tremendo problema de infusa contabilidad comercial.
(continuará)