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Lección Especial III
Por el Venerable Maestro K.H.
(original en francés)
La Habana, el 30 de octubre 1950.
Queridos Discípulos:
El Discípulo busca lo Esencial en la Vida y, para él, la Comunión Espiritual es de vital importancia. La comunión de las almas y las relaciones entre si pasan para él antes que las consideraciones o contingencias terrenales, físicas o circunstanciales.
Sin embargo, es esta Comunión de las almas, unidas entre sí, la que determina sus relaciones en los otros planos. Es por eso que, para ustedes, es importante cultivar unos pensamientos sinceros, honrados y generosos galvanizados por un comportamiento, es decir una acción que ponga en Valor los Principios Universales. Estos a su vez, deben formar la estructura de nuestros pensamientos y sentimientos tanto como de nuestras más íntimas aspiraciones. La vida íntima o espiritual es de una complejidad y de una delicadeza extrema, y se debe cuidar más que cualquier otra, precisamente debido a su importancia primordial.
Debemos pues vivir, ante todo, profundamente de esta manera, antes de tener derecho o merecer los contactos con las Fuerzas Superiores, Espirituales o Divinas del Universo. Esto no podría por cierto ser posible sin que nuestro entero ser haya sufrido una preparación adecuada, consistente en una purificación, una fortificación y una armonización logradas mediante la vida sabia, sencilla, natural, digna y elevada que el Discípulo debe vivir. A qué bueno, por otra parte, buscarlas si no se es todavía siquiera capaz de apreciarlas, reconocerlas, sostenerlas y, sobre todo hacer que se aproveche de ellas nuestro ser superior y todos los que nos rodean.
Sobre todo, recordemos bien que somos nosotros mismos quienes hacemos nuestra vida y nuestro porvenir. Debemos ser fragua de un futuro siempre mejor, en relación con nuestras propias condiciones individuales. Debemos siempre buscar las fuerzas, o si se quiere, las vibraciones de una Dinámica creadora de mejores condiciones físicas, mentales y espirituales. Es el caso decir aquí que lo Espiritual, lo Divino, se encuentra en todas las manifestaciones armónicas, generosas y creadoras de la Naturaleza. Nos es indispensable aprender a reconocerlas en el fondo de nosotros mismos, y darles una función real en todo nuestro ser, y un campo libre para actuar en nosotros.
No debemos en absoluto hacer de la vida un ímpetu puramente egoísta. El que vive solo para sí siempre acaba abandonado, desatendido, negado o desconocido, en fin, despreciado por todos. No gozan tampoco de sus mejores fuerzas íntimas, pues no las han cultivado. No conocen las bellezas maravillosas de la Vida en el Universo, porque no las merecen y no saben participar al concierto maravilloso de las Fuerzas de la Naturaleza. Se contentan con ilusiones personales, dogmas irracionales y doctrinas simplistas, moldeadas según su propia conveniencia, refugiándose si es necesario en la indiferencia o el fatalismo mórbido. Pero quedan para siempre sordos a la sinfonía verdadera de la Vida e incapaces de vislumbrar los menores resplandores de Verdad Eterna y Divina. Viven como verdaderos zombis, pues no conocen los ímpetus de una conciencia luminosa, ni los intereses de un corazón puro, ni la magia de una voluntad fundada en inspiraciones divinas.
El vuelo del alma hacia las Alturas, según las necesidades de la evolución, y según las aspiraciones de orden divino, debe descansar sobre unas certidumbres positivas y crecientes, cultivadas incesantemente en un espíritu de Nobleza y de dignidad de corazón, que no puede ser confundido con los banales intereses egoístas de este mundo. Es pues indispensable aprender a elevarse en las certidumbres íntimas positivas e incontestables. Eso no es difícil, pues es la esencia misma del alma y lo que matiza y caracteriza por cierto los ímpetus vitales.
Pienso que es inútil recordarles aquí que todas mis recomendaciones siempre se han limitado a ensanchar los horizontes de sus almas, a purificar sus corazones y a despertar sus conciencias a fin de que participen mejor en las necesidades fundamentales de la vida.
Permanezcamos en este campo de las necesidades vitales íntimas de la vida, y tratemos siempre de actuar lo mejor que podamos, no solamente para prepararnos una vida más bella, más sensata y más armoniosa en relación con las Fuerzas del Universo, sino también para establecer una mejor Comunión Espiritual alrededor nuestro.
Entre los más bellos de los grandes misterios de la vida, la amistad noble y el derecho de decirse y sentirse Hermano se encuentran en cabeza de las más bellas realizaciones del hombre. Traten de ser sincera y profundamente el AMIGO y el HERMANO de los que los rodean y aprenderán entonces lo que es el lado magnífico de la Vida, pues no podría haber magia más maravillosa que la que nos permite sentirnos y actuar como Hermanos en cualquier Comunidad.
Naturalmente, les es indispensable vigilar ustedes que sus pensamientos sean siempre nobles, los sentimientos puros, las acciones siempre honorables, elegantes y magníficas. Estas tres fases de la vida deben coordinarse bien y siempre complementarse. La vida noble y el sentido de la Fraternidad descansan sobre estas condiciones fundamentales de un espíritu dinámico, sensitivo y creador, que no esté desprovisto de un sentido práctico generoso y heroico. Vigilen incesantemente que esta norma divinizadora sea su única meta y medio, e incluso su única aspiración.
Por otra parte, eviten que su conciencia sea explotada por otros. No dejen que su alma esté esclavizada, su mente hipnotizada o su voluntad encadenada por otros. Cultiven el sentido de la vida noble, libre, respetuosa y respetada. Y si por acaso deben confrontar las durezas de la vida, sepan que la grandeza del alma se templa y se fortifica en el trascurso de las pruebas naturales, y que no es huyendo de las complicaciones de la vida que uno se ennoblece o que alcanza las alturas espirituales del Verbo Eterno, es decir las Verdades de la Vida.
Podría ocurrir también que su sinceridad no encuentre correspondencia o eco en sus hermanos o en su ambiente. ¡Su deber consiste en permanecer probos en pensamientos, limpios en sentimientos y perfectos en acción! No se dejen afectar por las circunstancias, ni debilitar ni enloquecer por los incidentes de la vida. Recuerden que VIVIR es APRENDER y que APRENDER es saber tomar la vida según sus mejores Principios. Pertenece a cada cual escoger, pero ustedes, mis Discípulos, ajusten su vida sincronizando todo su ser con los Principios Universales, o sea buscando las proyecciones y la irradiación de las más bellas fuerzas de la vida. Por su parte, ustedes se proyectaran en un sentido de vida sublime, e irradiarán según las Fuerzas Divinas del Universo. Y si aquellos con quienes están en contacto no dan la nota de esta vida pura y elevadora, sepan que ellos los engañan, que no son sinceros o que buscan sólo explotar las almas rectas mediante un parasitismo místico y un idealismo de camuflaje.
Nos encontramos aquí en la búsqueda de una nueva vida, o más bien trabajamos en el sentido de alcanzar unas realizaciones ennoblecedoras y volver nuestra existencia más bella, más noble y más Divina. Nuestra tarea consiste en forjar el destino que escogemos y en modelar las realidades personales que nos son queridas. En esta gran epopeya individual, cada uno es responsable de sus decisiones y de sus actos, así como de sus pensamientos y de sus sentimientos. En el trascurso de la existencia, cada uno es su propio Maestro, su propio gobernador, su propia brújula de orientación y su propio timón.
Cada uno se constituye en su propio maestro, hacedor de su destino, y si es tirano o esclavo, dependería exclusivamente de las cualidades cultivadas por su alma, o toleradas y mimadas por su conciencia decaída y su mente desajustada y abúlica. Corresponde a cada uno determinar el tipo de existencia preferido y la norma de vida que le sea más conveniente.
Cada uno es pues, por naturaleza, el determinador de su propio destino, el gobernador de su existencia, el maestro de sus propias realizaciones y cada uno es, así mismo, la brújula que inspira y el timón que guía según la fuerza de su propia voluntad y la capacidad generadora de su propia mente.
El individuo participa en el trascendental concierto de la Vida Universal según sus propias capacidades y esfuerzos. Pero depende de él cultivar y determinar de antemano el destino que le corresponde. Todas las fuerzas del ambiente, todas las formas de energía del Universo, todas las entidades espirituales de los planos superiores de la vida, e incluso Dios, se revelarán a cada uno, inspirándolo y ayudándolo, según sus propios méritos y sus propios ímpetus íntimos. No podría existir en el seno infinito del Universo Eterno otra magia ni otras Divinas armonías que esta Comunión íntima de las almas en sí y entre sí.
Pero cada alma debe descubrirse a sí misma y forjar horizontes que le convengan. Cada uno tiene el derecho tanto como la necesidad y la obligación de despertarse, vitalizarse, ennoblecerse, en fin, Divinizarse.
Tienen ustedes la Lección y las indicaciones útiles para su perfeccionamiento y adelanto. Es a ustedes ahora aplicarlas y cumplir con el milagro renovado del Verbo Creador y divino en ustedes mismos.
Saquen fuerza y valor, inspiración y perseverancia de mi Bendición integral Maitreyana.
Maha Chohan
KUT HUMI LAL SINGH