YOGA

Lo que es y lo que no es

yoga

Por Marie Peurozet

Diplomada de Psicopedagogía y Estética

World Travelling Museum

El porvenir se forma del pasado” Anatole France. Artículo publicado a mediados del siglo pasado, de permanente actualidad (Nota de Revista ARIEL)

 

Palabra mágica que invoca misterios del Lejano Oriente. Es que el sistema o la práctica Yoga es algo tan antiguo como las civilizaciones de China, India, Caldea, Egipto y Grecia, aunque con diferentes creencias y distintos procedimientos.

 La Yoga hindú es la más conocida en el occidente, por lo menos de nombre y por las publicaciones espectaculares, gracias a las impresiones de turistas y mercaderes. Aun así se hace referencia específica al Hatha Yoga, que en la India es repudiada por los sabios y tabú para los swamis, por ser una práctica fundamentalmente para las clases sociales menos cultas, o sea los parias y faquires prestidigitadores, saltimbanquis. Las clases sociales más cultas y respetables tienen otras Yogas: la Jñana, la Bhakti y la Raja (Real). Para los Chinos la Yoga o perfecta unión y vida dichosa consiste en lograr flexibilidad, belleza y dignidad estética. Los Egipcios perseguían la perfección mediante la intuición y la práctica de las correspondencias y equilibrios físico-espirituales, lo que los Raja Yoguis procuran a través de la pureza corporal y la alta filosofía. Los Griegos, a su vez, hacían de la euritmia un culto o la forma estética que tenía sentido Divino.

            En los últimos tiempos los sabios del mundo entero se pusieron a la tarea de desarrollar una Yoga Integral, de conjunto, y más en consonancia con la naturaleza y psicología moderna, o sea una forma de Cultura Científica Físico-Mental para la humanidad de los tiempos actuales.

            Es esta forma de Yoga sobria, previsora, concienzuda, indiscutiblemente efectiva y sin peligros, y de ejemplar seriedad, la que viene siendo objeto de intensa difusión en todas las latitudes, al extremo de destronar en cierto modo el twist y el Yeyé, y se hace difícil de encontrar un artista, un deportista, un diplomático o un cantante, que se respete a sí mismo, que no practique esa Yoga Integral Científica.

            La Yoga Integral Científica es utilizada de manera beneficiosa por las personas de todas las edades, ya sea para conservar, recuperar un tanto la salud y el vigor juvenil, esculpir un cuerpo seductor con elegancia, y en fin, desarrollar una mente dinámica y alerta así como ágil y alegre. Esto último presupone, además de cierto vivir saludable, una liberación de malos hábitos, temores, complejos, ansiedades y preocupaciones u obsesiones, y en fin, una nueva transformación de carácter gentil y sobrio amén de magnético e imponente.

            Todo esto se consigue mediante movimientos lentos, suaves y rítmicos energizados por una mente adiestrada debidamente polarizada. Esto, de por sí, distingue a la Yoga Integral Científica de cualquier otro sistema, sea de gimnasia, fisicultura, ballet o deporte, por cuanto no se contenta con un momentáneo desarrollo muscular, agilidad de miembros o la ligereza defensiva como en los casos de boxeo y yudo (artes marciales).

Empieza por desintoxicar el cuerpo por métodos naturales de flexiones y esfuerzos combinados, y luego hace una reeducación de los reflejos condicionados y de las co-ordinaciones mentales, creando nuevos automatismos y hábitos físico-mentales mediante una autodisciplina y un autodominio que permiten la re-estructuración de la personalidad sobre la base de la eliminación de toda tensión nerviosa y mental, luego normaliza las funciones fisiológicas a la vez que equilibra los mecanismos emocionales y psico-afectivos. Así, las células corporales logran vivir más, más energizadas y más libres y saludables. También la mente se vuelve más vibrante, libre y creadora al disponer de un mejor vehículo de expresión.

De ahí que la YOGA INTEGRAL CIENTIFICA deba ser practicada tan solo bajo una dirección experta y a menudo la supervisión medical es aconsejable. Es ahí también, obviamente, donde el silencio, los colores, los controles internos rítmicos, la respiración acompasada y la meditación bien combinados por una competente dirección, hallan su innegable importancia biológica y espiritual.

Muchas personas no quieren ver en esta Yoga Científica sino un aspecto efectivo inmediato, desde luego, y resultan siempre bien servidas puesto que hay ejercicios especiales para estilizar el cuerpo y estetizar la mente, pues la verdadera belleza es sutil en asuntos de actitud mental y de salud corporal. Además, hay procedimientos adecuados para adelgazar de manera general o localmente, otros para suprimir las constipaciones y fatigas, liberarse de temores y ansiedades, y de complejos e inhibiciones, o timideces, defectos físicos así como vicios o bien para crear condiciones de perfecta sincronización física y de sosiego mental que equivalen a bienestar y felicidad.

Hay ejercicios o movimientos dinamizadores, para cada caso, mas, fundamentalmente hablando, lo importante no radica en el ejercicio sino en la actitud mental que los provoca y energetiza. Se trata de una excepcional técnica y de un método progresivo en que cada esfuerzo rítmico representa una fase con finalidad distinta, bien sea estabilizadora, equilibradora, niveladora, rectificadora o perfeccionadora; mas la metamorfosis se opera por decisión previa y por mandato volitivo, así como de manera planeada. De no ser así, no sería ciencia, sino charlatanería. Por eso, precisamente, es la única que goza de plenas garantías legales por Copyright internacional.

Esta YOGA Científica Integral, es obvio, no tiene nada que ver con la magia, sesiones de hipnotismo, masajes, poses, aparatos, motores eléctricos. Es más, tampoco tiene la menor relación con la conciencia, y por tanto es ajena a todo culto o religión.

En otra oportunidad seremos más explícitos, pues la ciencia no reside en fórmulas literarias o metafísicas, sino en detalles, y en este caso radica tanto en los secretos de la herencia (DNA) como en la biodinámica, la fisiología humana, la psicofísica de las glándulas endocrinas, la bioquímica de las funciones psicosomáticas y la parapsicología, de las relaciones emocionales y de los fenómenos psicoafectivos. De esta ciencia no existía absolutamente nada sino vagas intuiciones hasta nuestros días y se denomina BIOPSICOPLÁSTICA.